16 124 818 livres à l’intérieur 175 langues
2 047 051 livres numériques à l’intérieur 101 langues
Cela ne vous convient pas ? Aucun souci à se faire ! Vous pouvez renvoyer le produit dans les 30 jours
Impossible de faire fausse route avec un bon d’achat. Le destinataire du cadeau peut choisir ce qu'il veut parmi notre sélection.
Politique de retour sous 30 jours
Presentamos, por primera vez en español, las memorias de Eugène-Franço is Vidocq, un personaje fascinante que militó a ambos lados de la just icia y cuyas peripecias sirvieron de inspiración literaria para Balzac , Hugo, Dumas e, incluso, para Conan Doyle y su Sherlock Holmes.Eugè ne-François Vidocq huyó de casa a los 16 años, tras robar la caja de l a panadería de sus padres. A partir de ese momento, su vida es un catá logo de virtuosismo: espadachín; aficionado al alcohol, las mujeres y los duelos; presunto homicida; fugitivo; soldado; desertor; contraband ista; preso y prófugo; carterista y estafador profesional. En definiti va, una carrera asombrosa que lo convirtió en el delincuente más busca do de Francia. Y, aun así, cuando parecía que no podían quedarle más t rucos en la manga, sorprendió a todos con su decisión de redimirse y u tilizar su exhaustivo conocimiento de los bajos fondos para ayudar a l a policía. Fue el primer jefe de la Seguridad Nacional, desarrolló nov edosas técnicas de investigación que le han valido el reconocimiento c omo padre de la criminología moderna y fundó la primera agencia de det ectives privados.Estas memorias, hasta ahora inéditas en nuestro paí s, atraviesan además uno de los períodos más caóticos y sangrientos de la historia de Francia (la revolución de 1789, la vuelta a la monarqu ía con la Restauración y el imperio napoleónico) de la mano de este tu rbulento héroe nacional que militó a ambos lados de la justicia. Con s emejante historial a sus espaldas, no es de extrañar que sirviera de i nspiración literaria para autores como Balzac (La comedia humana), Hug o (Los miserables), Dumas (El conde de Montecristo) e incluso, afirman , para Conan Doyle y su Sherlock Holmes.